9/12/07

Manifiesto #6

Los gobiernos codifican las sociedades y las sociedades condicionan al hombre, y como resultado queda un hombre gubernamentado, rebozado por leyes y relleno de hombres con mostacho y churros. Un hombre incapaz de ser él mismo y que como en anteriores siglos, este es como el siervo para el rey o el fidel para Dios. Afortunadamente, este último, y por curioso que parezca, su muerte fué anunciada en manos de un misterioso hombre iraní. Esta pequeña y sencilla relacion conceptual entre elementos, parece que nos dice más de lo que realmente expone, y de lo que no cabe duda, de que el hombre es un narcotico de la ley: Mata a su rey para prestarle fidelidad a otro aún menos rey, es adicto a la imposición y chilla que quiere dejarlo, sin dejar de consumir. ¿Quien fué el despiadado que se aseguró de que su mandato no caiera debido a su enfermedad terminal? ¡Encima somos capaces de gritar que somos libres de aquel calvario! La droga parece que ha cambiado de color. Parece que se ha convertido en la orden del día. Todo el mundo ha dejado de pensar en una causa por la batalla, olvidan que algún día tuvieron motivos, y hoy más que nunca. Creen que vivimos en un estado de paz que anteriormente no había, y que el pasado fué peor; ¿Que hay de peor, no saber que se vive en corrupción?. Yo les digo, señores, señoras, la conformidad ha creado el fruto de la cobardía y esta reina la dormida mente del ser humano. Despertad narcóticos, despertad del sueño mórfico a medida de constitución. Abrid los ojos y no vuestras fosas nasales. Vuestro,

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